El relato que estáis a punto de leer, es la primera parte del testimonio de una señora, Bernarda Fernandez, que tuvo el privilegio de ser raptada por JesuCristo, para visitar el más allá. Encontraréis la última parte de este testimonio en nuestro próximo periódico. Este testimonio nos ha estimulado, y creemos que no os dejará indiferentes. ¡Que dios os bendiga!
Como me encontraba mal aquel día, mi marido reusó dejarme sola para ir a trabajar. Le dije que no estaba sola. Después de su partida, sentí que me estaba muriendo. Entonces me puse en llamar por teléfono a mis amigos, sin olvidar a mi suegra. Mi suegra me respondió : "Bernarda, hoy Dios va a bendecirte, no temas". Otro hermano en Cristo me dió la misma respuesta cuando le telefoné y añadió: "Bernarda levántate de tu cama y alaba al Señor, glorifícale y grita a Él".
Así es como, a pesar de mi debilidad, grité al Señor diciendo: "Señor, eres mi fuerza, ven a mi socorro". Intenté levantarme pero se me dejaron las fuerzas. Mi voz no más salía pero en mi alma gritaba al Señor y imploraba su ayuda porque me moría. De repente, mi habitación fue iluminada con una luz que parecía al fuego. En el momento, mi temor desapareció y ví a los ángeles que bajaban y paseaban por el cuarto. Les oí claramente hablar entre ellos. De súbito, apareció un Ser maravilloso, más maravilloso que los ángeles. Estaba vestido de blanco con una cintura de oro. En su pecho, estaba escrito de oro : "FIEL Y VERDADERO". Su rostro expresía la suavidad y el amor. Jesús el Cristo estaba delante de mi, el Rey de los Reyes y el Señor de Señores.
Jesús se acercó de mi y tocó mi cabeza y después me dijo: "Soy Jesús que murió por tí. Mira las marcas en mis manos, todavía están para tí. Bajé de mi trono de Gloria para hablar contigo ; hay muchas cosas en tu vida que tienes que abandonar. Eres perezosa y colérica, cosas que causan daño a mis hijos. Además no quiero Cristianos a 25% ni a 95% pero a 100%. Si quieres ir al paraíso, tienes que santificarte pues yo mismo soy santo; he venido a buscarte para un viaje".
Le dije: "¿Señor, se trata de un viaje misionario?" Me respondió: "No". Después me tomó por la mano y me levantó, me habló con simplicidad y amor. Me llevó hasta la ventana de mi habitación, miró la ciudad de Nueva York (U.S.A), después vi a su faz volver triste. Lloró y me dijo: "Mi palabra, se la predica mucho, pero nadie escucha. El pecado de esta ciudad ha subido ante mi Padre"
La ciudad estaba llena de homosexuales ; dentro de ellos se encontraban políticos. El Señor me dijo : "Es otro Sodoma, pero estoy vivo y los juicios de mi Padre van a caer pronto sobre esta ciudad. Entonces me prosterné ante el Señor, Él me dijo : "No temas, pues cuando los juicios de mi Padre caerán sobre el mundo, mi Iglesia ya no estará en la tierra". Me condujo de nuevo a mi cama y me dijo que llamara por teléfono a un hermano de la comunidad cuyo nombre me había dado, y me dijo que le dijera que mi espíritu iba a salir de mi cuerpo y que no tenía que llevar a mi cuerpo ni al hospital ni a depósito de cádaveres, ni ante las autoridades; pero que dijera a mi marido que tuviera fe en El que es la Resurección y la vida (Juan 11:25).
El Señor tomó de nuevo la palabra y dijo : "Yo que doy la vida, tomo tu espiritú pero volverás y explicarás al pueblo que deben tener plenamente confianza en mí : "Y todo aquél que vive y cree en mí, no morirá eternamente"(Juan 11:26). Extendió la mano y ví que otro cuerpo había salido de mí. Estaba vestida de blanco y brillaba como el cuerpo del Señor y me dijo : "¡Mira! Este es el cuerpo que los Cristianos, que obedecen a Mi palabra, tendrán muy pronto".
Constaté que yo podía atravesar a las paredes. El Señor que me llevaba de la mano me dijo: "¡Mira!" Cuando me volví, ví mi cuerpo sin espíritu ; me explicó que mi cuerpo físico no servía de nada, que era nada más que pólvora y que a la muerte, vuelve a la pólvora, como el cuerpo físico de cada uno. Añadió que el nuevo cuerpo que tenía era un cuerpo glorioso y que éste es el espíritu que ha dado al hombre.
Creí que me llevaría al cielo pero no fue el caso en primero. Bajamos en un túnel al fondo de la tierra. Al acercarnos de un cierto lugar sentí un olor insoportable. Dije: "Señor, no quiero ir en este lugar". pero entramos ahí. El lugar era muy oscuro e inhabitable. Oía a gente que sufría, lloraba y gritaba. Cuando llegamos al cabo del túnel, nos sentamos en un peñasco y el Señor me dijo: "¡Mira!" Al mirar, ví ante mí, gente en un estado de sufrimiento. En el infierno, la gente no hace más que llorar, nadie se preocupa uno del otro.
Caros hermanos y hermanas míos, acababa de darme cuenta de que EL INFIERNO ERA COSA REAL. Lloré mirando al Señor, Él me dijo : "Retenga bién lo que has visto, no lo olvides nunca".
Miraba al infierno, la gente gritaba ¡Aïe! ¡Aïe! ¡Aïe! Es para siempre, es para siempre, dolores y odio por todos los siglos
Me volví hacia el Señor y le pregunté: "¿Hay aquí alguien de mi familia en este infierno? Me respondió: "No te permitiré ver a alguien de tu familia. Todavía, le pregunté : Señor hay aquí alguien que conozco?" "Si", me respondió el Señor "y te permitiré verle". De punto ví a un jóven subir de las profundidades del infierno, era Alejandro.
Dije a Alejandro lo que me había dicho el Señor. He aqui lo que fue su respuesta: "Vosotros, los Cristianos , estáis todos locos, engañáis a la gente diciendo que JesuCristo vuelve, yo, Alejandro, no creo que todo eso sea verdadero". Le dije : "Alejandro, Dios da la vida y la quita en cuanto quiera, Alejandro vas a morir pronto". Me respondió : "Soy demasiado jóven para morir, todavía me queda muchos y bellos años de regocijo en esta tierra".
Esta oportunidad era de hecho la última para Alejandro. ¿Sabes lo que será de tí, caro amigo que lee?
Tres semanas después, Alejandro murió mientras estaba borracho. Su destinación fue este lugar de tormento donde le ví (el infierno). La Biblia dice claramente que los borrachos no irán al paraíso. (Gálatas 5:21)
Al mirar la gente en el infierno, veía a Alejandro atacado por dos grandes lombrices. Gritaba : ¡Aïe! ¡Aïe! ¡Aïe! tenía la voz atormentada. Me reconoció y me dijo : "Desatendí esta última oportunidad y he aquí que hoy, estoy sufriendo, pero en cuanto regreses en la tierra, ve en mi casa y dí a mi familia que se convierta a JesuCristo y obedezca a la palabra para no venir donde estoy".
Caro amigo, es hora de que hablzs de JesuCristo a tus hijos, a tu padre, a tus colegas, a tus amigos. En todas partes donde irás, te suplico, predica el evangelio de JesuCristo que libera, PUES EL INFIERNO ES ALGO REAL.
Después, el Señor me hizo ver mucha gente que sufría en este infierno ; y me dijo : "Ves, ciertos de esta gente me conocieron cuando estaban en la tierra. Todavía hay muchos en la tierra que andan en las calles sin saber adonde van. Pero sepad que el camino del cielo es estrecho y que todavía lo será más ; habrá pruebas en la tierra, de este modo serán purificados como el oro pero no temáis nada, estoy delante de vosotros como un potente guerrero".
Le pregunté : "¿HAY CRISTIANOS EN ESTE INFIERNO? Me respondió : "Sí, ¿Sabes porqué? Habían creído en mí pero han perdido la salvación por sus malos testimonios. Eran supuesto cristianos pero no andaban según Mi palabra. Son numerosos los cristianos que se comportan bien sólo cuando están en los templos, ante el pastor y ante la familia. Pero se engañan pesadamente. Los ojos de mi Padre lo ven todo y Él oye todas las palabras donde estáis".
Todavía Jesús me dijo de nuevo : "¿Sabes porqué han perdido la salvación? Es porque no se comportan como los que creen en Mí. Dí a mi pueblo que es hora de llevar una vida intachable ante mi Padre, ante el diablo y ante el mundo. El diablo no tiene que tener ninguna razón de acusar a mi pueblo y que el mundo no le señale con el dedo. Dentro de mi pueblo, hay muchos que el demonio y el mundo acusan con razón. Es hora de buscar la santificación y la consagración (1 Pedro 1:14-16)".
Caro amigo Cristiano, es hora de quitar la máscara del egoísmo, de la hipocresía y del orgullo para que el Señor te utilize como lo quiera.
Luego nos dirigimos hacia un lugar donde había un lago de fuego. A medida que nos acercamos de este lago, sentía un olor muy malo y el Señor me dijó : "Lo que ves allá, es el lago de fuego, que ya está listo para el diablo, el falso profeta y el antecristo. No he preparado este lago para el hombre pero allí irán todos los que reusan aceptarMe como Salvador y también los que no viven según Mi palabra (Apocalipsís 20:14").
A este momento, ví a Jesús llorando y Él me dijo todavía : "Son más numerosos los que se pierden que los que van al cielo". Y Jesús me hizo ver la cantidad de hombres que morían por minuto y Él me dijo : "¡Mira!¡Cuantos se pierden! Mi Iglesia duerme y sin embargo ha recibido mi potencia, tiene Mi palabra y al Espíritu Santo pero duerme. En la tierra hay personas que predican y dicen que el infierno no existe. Vete y deciles que este lugar es algo real".
Me encontraba muy lejos de este lugar pero sentía el calor que subía hacia mí. Subimos de nuevo de las profundidades de la tierra y llegamos al cielo, seguimos subiendo y llegamos todavía a otro cielo. En éste, el Señor me mostró el sol y las estrellas y me dijo : "Mira estas estrellas, las llamo cada una por su nombre ; ves al sol, es por mi poder que ilumina a los buenos y a los malos pero vendrá un día en que no brillará más, todo sera oscuridad".
Subimos de nuevo y llegamos en el cielo donde Dios habita. Delante de nosotros se encontraba bellas casas hechas por manos del Rey de los Reyes, el Señor de los Señores. Veía los paredes de estas casas muy altas, eran de oro y de piedras preciosas con doce puertas de perlas. Cada puerta era vigilada por un ángel. Cada una de estas puertas llevaba el nombre de una de las doce tribus de Israel (Apocalipsís 21:10-14). Pensaba que no podría entrar, pero el Señor me miró y me preguntó : "¿Quieres entrar? Oh, sí Señor !Lo quiero! Entra entonces! Pues Yo mismo soy la puerta"(Juan 10:9).
En este momento, entré por una puerta preciosa y ví un jardín de flores magníficas. "¿Quieres entrar en este jardín? Vete entonces pues lo he preparado para ti y para mi pueblo". Cuando entré en este jardín, empezé a coger flores y hacer ramos. Corría de punta a punta como una niña. Las flores que cogía eran de color múltiple con olor agradable. Luego el Señor llamó a alguien. Ví a una persona acercarse. Era un ángel bello y fuerte hasta el punto de que no puedo describir su belleza. El Señor me dijo : "Ves aquél, es el arcangel Micael, que dirige mi armada. ¡Mira todavía! Veía una potente armada en caballo y el Señor me dijo : "No es una armada de hombre pero la de mi Padre. Está a disposición de los Cristianos VERDADERAMENTE nacidos de nuevo. No temas pues mi armada es más potente que la que está en el mundo".
Luego me hizo ver a otro ángel "Éste", me dijo el Señor, "es el mensajero de los Cristianos que obedecen a Mi palabra". Era feliz de oir eso. Jesús me dijo : "¡Sé atenta! Soy el Dios de Abraham, el Dios de Moíses, el Dios de Elías, Él que hacía caer el fuego del cielo, nunca cambié.
Voy a mostrarte la condición en la que vive mi pueblo en estos últimos días que les quedan". El Señor me dijo : "Pon atención en lo que voy a mostrarte". Empezé a ver a Cristianos débiles y cansados. El Señor me pregunto lo siguiente "¿Crees que puedo raptar tal Iglesia en el estado en que se encuentra?" El me respondió : "Los Cristianos que voy a raptar serán gloriosos, triumfantes, sin tacha, sin arruga. Hay dentro mi pueblo, mentiras, escaso amor, mi pueblo está dividido. Te he hecho ver la condición de los Cristianos en estos últimos días". "Ahora, voy a mostrarte cómo los Cristianos de la Iglesia primitiva andaban.
Estos hermanos y hermanas estaban llenos de la gloria de Dios. Ayunaban y oraban con constancia, predicaban Mi palabra sin temor cualquiera". Pero ahora los Cristianos de hoy creen que he cambiado, creen también que el Espíritu Santo cambió. La mayor equivocación de los Cristianos actuales es que han creado una vida rutinaria programada por el hombre. Olvidaron que los mensajes vienen del Espíritu Santo y de arriba. Dí a mis siervos, los pastores, que ha llegado el tiempo de cesar estos programas rutinarios, así verán a una potencia que actuará en medio de vosotros, el Espíritu Santo, aquél mismo que actuaba en los tiempos antiguos en la Iglesia primitiva. Hará milagros y prodigios, y muchas maravillas, resucitando a los muertos. El Espíritu Santo es siempre el mismo, sois vosotros quién habéis cambiado.
Cristianos, es hora para vosotros de regresar a la vida de la Iglesia primitiva.
Entonces me marché de aquel bonito jardín y llegue en una bella calle de ORO y el Señor me dijo: "¡Toca! Sí, es verdaderamente ORO. Vete y dí a mis hijos que MUY PRONTO, pasearán en estas calles de oro por la mano de Aquél que da la vida (Apocalipsís 21:10-15)".
¡Oh! ¡Cuanto bueno es, andar en estas calles de oro! Luego ví un bonito trono rodeado de ángeles, de arcangeles y de serafínes, alababan sin cesar al que estaba sentado sobre el trono. Decían : "Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso ; los cielos y la tierra están llenas de Su gloria ¡Amén!" Es tiempo ahora de levantar manos puras para alabarme"
En el mismo tiempo veía un río de agua viva que salía de este trono, también veía el árbol de vida y a la otra extremidad veía el arco irís y el mar de cristal. Entonces pregunté al Señor : "Quien es Él que está en el trono? Me respondió : "Es mi Padre el Señor de las armadas". Le dije : "Déjame ver al Padre", "No, todavía no es el tiempo" me dijo el Señor. Aunque no ví al Padre, Él que estaba en el trono era Poderoso ; veía salir trueno y relámpagos de este trono y después oía alabanzas. Jesús me dijo : "¿Oyes estas alabanzas? Son las alabanzas de los redimidos".
Ví a siete ángeles que tenían cada uno, una copa de oro y a siete otros ángeles que tenían cada uno una trompeta. "Señor, ¿Quiénes son estos ángeles? " y Él me respondió : "Las siete copas que tienen los ángeles están llenas de la ira de Dios ; serán derramadas pronto y cuando las trompetas resonarán, mi Iglesia (los Cristianos que viven conforme a la voluntad de mi Padre) será raptada. No más serán en la tierra cuando habrá la gran tribulación. Antes que se manifiesta el antecristo, este hombre de pecados, mi Iglesia oirá los últimos sonidos de las trompetas y me encontrarán en los aires (1Tesalonicenses 4:16).
Estaba allí, caro amigo, ante un potente trono, no más tenía noción del tiempo. Un momento después, Jesús me mostró como su Iglesia (los verdaderos Cristianos) será raptada! Veía a miles de personas. Eso occuría en toda la tierra; la téle y la radio daban noticia de esta desaparición. Los periódicos con grandes títulos en rojo daban la noticia también. El Señor me dijo: "La noticia aparecerá pronto". Si los juicios de mi Padre ya no han caido sobre la tierra, es a causa de los Cristianos que me son fieles, aquellos que me aman". Después de eso, veía al hombre de pecados aparecer y decir a los habitantes de la tierra : "Les traigo la paz y la seguridad" y en seguida la gente olvidó el acontecimiento que acabada de ocurrir.
Jesús me dijo: "Mira bien y sé atenta". Veía en la visión los sietes angeles con las sietes copas. Caro amigo lo que occurrió era inaguantable de ver. Veía a los ángeles derramar las siete copas de la ira de Dios sobre la tierra. Las trompetas empezaron de resonar. Los juicios de Dios caían sobre los habitantes de la tierra, paises enteros desaparecían. El Señor me dijo : "¡Mira! toda esa gente formaba parte de mi Iglesia, algunos eran pastores". No entendía bien todo eso, entonces pregunté al Señor: "¿Cómo es posible que muchos de tu pueblo han quedado en la grán tribulación? ¿Y también pastores, ellos que predicaron la palabra? Jesús me respondió : "Sí, han predicado la palabra pero no se conformían a esta palabra." Después el Señor me hizo ver a otra multitud de pastores y me dijo : "Estos pastores no predicaban Mi palabra, porqué en tiempo cuando vivían, Mi palabra no se adecuaba a aquel siglo, tal que está escrita, daban mucha consideración a los que pagaban el diezmo más elevado pues solo estaban interesado por lo material. Vete y dí a mis siervos que soy Yo quien les ha llamado, y que el oro y el dinero me pertenecen y que les daré según Mi grandeza y Mi gloria. Di les de predicar a Mi palabra tal como está escrita. Son numerosos los que dan otra interpretación a Mi palabra. Mi palabra es Mi palabra, no se puede cambiarla. Debe de ser predicada tal cual está escrita. Son numerosos dentro de mi pueblo, los que deforman Mi palabra para su provecho propio".
Después de eso , llegamos en un salón de esta nueva Jerusalén y el Señor me dijo: "Eso que ves, es el paraíso". En el paraíso, ví a los apóstoles y le pregunté : ¿Señor dónde está Abraham? Me esperaba ver a un viejo pero de repente ví acercarse a un muchacho, tenía aproximadamente 25 años. Jesús me dijo que era Abraham el padre de la fe.
El Señor llamó a una mujer de una belleza inesprimable, como son todas las que había visto en el más allá y Él me dijo : "¡He aqui María! Vete y dí a todos que María no es la reina del cielo, y que el Rey del cielo soy Yo, el Rey de los reyes, el Señor de los Señores ; Él que dijo : "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. Es sólo por Mí JesuCristo, que se llega al cielo (Juan 14:6-7). Vete y dí a esta humanidad CON OJOS BENDADOS que el purgatorio no existe, porque si hubiera un purgatorio, te lo habría mostrado. En cambio, el infierno, el lago de fuego, existen; también la preciosa Jerusalén y el paraíso que te hize ver. Pero díles que el purgatorio no existe ; DÍLES QUE ES UNA MENTIRA DEL DIABLO, EL PURGATORIO NO EXISTE".
Después el Señor me condujo en un arsenal de coronas. "Estas son las coronas de vida". El Señor me preguntó : "¿Qué ves?" Veía a mi comunidad cristiana, veía a los fieles de esta comunidad cantar y predicar, entonces pregunté a Jesús: "¿Porqué los nombres de estos fieles de mi comunidad no están escritos en este libro? Y El me dijo: "A causa de las malas acciones que cometen en la tierra". Después de todo eso, el Señor me permitió volver en la tierra.
¡Que la paz del Señor JesuCristo esté con vosotros!
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